Tristeza | Depresión
"Solo quiero sentirme bien y ser feliz"
Es un deseo simple y profundo que muchas veces nos acompaña. Sin embargo, no siempre es fácil alcanzarlo. La vida nos enfrenta a situaciones que nos afectan emocionalmente, y lo que sentimos puede ir desde un malestar pasajero hasta una tristeza persistente o una depresión.
¿Qué nos puede llevar a sentirnos así?
En algunos casos, podemos identificar con claridad lo que nos está afectando:
- Una ruptura amorosa o un divorcio.
- Conflictos familiares o laborales.
- Dificultades económicas.
- La pérdida de un ser querido.
- La soledad.
- Una autoestima baja.
- Problemas de salud propios o de alguien cercano.
- El momento de la jubilación o el proceso de envejecer.
Cada persona puede sumar sus propias experiencias a esta lista. Todas son válidas. Todas pueden doler.
¿Y cuando no hay una razón clara?
A veces, esos mismos sentimientos aparecen sin un motivo evidente. No entendemos por qué nos sentimos así, y eso puede aumentar la confusión y la angustia.
¿Qué sentimos en estos momentos?
- Tristeza o sensación de vacío.
- Falta de interés por actividades que antes disfrutábamos.
- Alteraciones en el sueño (insomnio o exceso de sueño).
- Cambios en el apetito.
- Fatiga constante, sensación de agotamiento.
- Dificultad para concentrarnos o tomar decisiones.
Sentirnos así puede llevarnos a pensar que no hay salida, que nunca volveremos a ser nosotros mismos, a estar bien o a disfrutar de la vida. Pero sí es posible. Siempre hay una salida.
¿Cómo puede ayudarte la terapia?
A veces necesitamos ayuda para entender lo que nos pasa y encontrar nuevos caminos. Hablar, explorar lo que sentimos, conectar con nuestras emociones en un espacio seguro y acompañado, puede ser el primer paso para empezar a sentirnos mejor.
La terapia nos brinda la posibilidad de:
- Comprender lo que estamos viviendo.
- Procesar emociones difíciles.
- Reencontrarnos con lo que somos y con lo que necesitamos.
- Recuperar energía, sentido y bienestar.