¿Estamos desmotivados? ¿Sentimos que no avanzamos? ¿Será miedo al cambio?
Cuantas veces nos vemos así, atrapados siempre en las mismas rutinas, con los mismos sentimientos y pensamientos negativos y un estado de ánimo resignado.
Sentirnos estancados es señal de que es hora de hacer un cambio: de perspectiva, de profesión, de hábitos, de pareja, o de la forma de ver nuestra realidad.
Puede pasar que tengamos deseos de cambiar, pero la creencia negativa de que no podemos hacerlo o de que esta situación va a durar para siempre nos lo hace difícil o imposible.
La vida es puro cambio y transformación. Tenemos sobradas pruebas de esto actualmente. Así que en verdad, ese sentimiento que describimos antes es puramente subjetivo, depende de nuestra interpretación de la realidad y cómo la relacionamos con nuestro bienestar. En definitiva, el estancamiento está dentro de nosotros, no afuera.
El primer paso no nos lleva adonde queremos ir, pero nos saca de donde estamos.
Desear cambiar es un paso necesario, pero no suficiente. Definitivamente, es el primer paso poder conectarnos con ese deseo. ¿Cómo hacerlo? Tratando de visualizar qué queremos, dónde querríamos estar, qué nos ilusiona, qué nos gustaría hacer, cuáles son nuestros valores, qué nos motiva.
Al mismo tiempo será fundamental empezar a ver qué nos detiene, qué nos condiciona, de dónde viene la creencia negativa de que no podemos, qué nos encadena.
Un deseo no cambia nada, una decisión cambia todo.
Cuando hayamos podido despejar estos dos interrogantes -nuestros deseos y nuestras cadenas-, será entonces el momento de tomar la decisión de empezar a cambiar, de volver a conectarnos con nuestra fuerza, nuestras posibilidades, volver a ilusionarnos, buscar la motivación que necesitamos, salir de nuestra zona de confort e idear un plan de acción.
No estoy diciendo que será fácil, estoy diciendo que valdrá la pena.
Tendremos que asumir riesgos, quizás dejar atrás viejas costumbres, hábitos, relaciones, … que casi siempre nos dan una falsa sensación de seguridad.
Pero comenzaremos a vivir una vida más auténtica, más conectada con quienes somos y con qué deseamos, realizando los cambios posibles que nos hagan sentir mejor y más felices. Y estoy segura de que siempre vale la pena el intento.
* * * * *
“El Elefante Encadenado” – Cuento de Jorge Bucay.