¿Estoy triste o tengo depresión?

Tengo tristeza o ddpresión?

Tristeza vs Depresión: Cómo diferenciar una emoción pasajera de un trastorno del estado de ánimo

En los últimos años, especialmente tras la pandemia, el malestar emocional ha ganado mayor visibilidad. Sin embargo, términos como “tristeza” y “depresión” siguen utilizándose de forma indistinta, lo que puede dificultar la identificación precisa de un trastorno del estado de ánimo.

Este artículo busca aclarar la diferencia entre sentirse triste o desanimado y padecer un cuadro depresivo clínico, desde una perspectiva psicológica y con un enfoque de cuidado emocional.

Tristeza reactiva o situacional

Sentirse triste, frustrado o desmotivado ante ciertas situaciones es parte de la experiencia humana. Este tipo de tristeza —también llamada “reactiva”— aparece como una respuesta natural a eventos dolorosos o decepcionantes, como una pérdida, una ruptura, un conflicto o un fracaso.

Algunas características de la tristeza situacional:

  • Tiene una causa identificable.
  • Es transitoria.
  • No interfiere de forma significativa con las actividades cotidianas.
  • Puede alternarse con momentos de bienestar.

En estos casos, muchas personas dicen sentirse “deprimidas”, aunque en realidad están atravesando un estado de ánimo bajo dentro de un proceso emocional normal.

Cabe aclarar también que experimentar altibajos emocionales no implica necesariamente padecer un trastorno bipolar, otro concepto muchas veces mal interpretado.

¿Qué es un trastorno depresivo?

La depresión clínica es una condición médica que afecta el estado de ánimo, los pensamientos, la energía y el comportamiento de una persona. A diferencia de la tristeza reactiva, la depresión es persistente y muchas veces no tiene una causa clara o inmediata.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), se considera depresión cuando al menos cinco de los siguientes síntomas están presentes durante un mínimo de dos semanas:

  • Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día.
  • Pérdida de interés o placer en casi todas las actividades.
  • Cambios en el apetito o el peso.
  • Alteraciones en el sueño (insomnio o hipersomnia).
  • Fatiga o pérdida de energía constante.
  • Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva.
  • Dificultades para concentrarse o tomar decisiones.
  • Pensamientos de muerte o ideación suicida.

Además, estos síntomas deben generar un deterioro significativo en lo social, laboral o en otras áreas importantes del funcionamiento diario.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Si bien todas las personas atraviesan momentos difíciles, hay señales de alerta que indican la necesidad de consultar a un profesional de la salud mental:

  • No podés identificar la causa de tu malestar emocional.
  • Te sentís sin energía o motivación durante varios días o semanas.
  • Percibís que todo ha perdido sentido o interés.
  • Tenés pensamientos negativos persistentes sobre vos mismo/a.
  • Tu rendimiento laboral, académico o social se ve afectado.
  • Aparecen ideas relacionadas con la muerte o el suicidio.
Aceptar nuestras emociones: una forma de autocuidado

En una sociedad que valora la productividad constante y minimiza los momentos de vulnerabilidad, es común escuchar frases como “hay que seguir adelante”, sin dar espacio al duelo o al dolor emocional.

Pero seguir adelante no significa ignorar lo que sentimos. Por el contrario, reconocer nuestras emociones —tanto la tristeza como la alegría— es esencial para una salud mental equilibrada.

Aprender a transitar los momentos difíciles con consciencia y sin juicio es parte del proceso de fortalecimiento emocional. Y si necesitamos ayuda para comprender lo que nos está pasando, pedir apoyo profesional no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía y cuidado personal.

¿Necesitás orientación?

Si estás atravesando un momento de tristeza profunda o desánimo prolongado, no estás solo/a. Un profesional de la salud mental puede ayudarte a entender lo que sentís y acompañarte en el camino hacia el bienestar.