La terapia virtual puede tener distintos nombres: terapia online, e-consulta, terapia virtual, tele terapia, e-terapia son algunos. Terapia online es quizás uno de los más comunes.
Las herramientas para realizar una sesión de terapia online también varían: video llamadas, mensajes de texto, correos electrónicos y el uso de algunas plataformas como Skype o Zoom.
Con el aumento de casos de COVID-19, la terapia online puede no ser lo que muchos queremos, pero bien podría ser lo que muchos necesitamos. La idea de tener que viajar al consultorio y estar quizás en un espacio reducido por casi una hora puede sumarse a la ansiedad y estrés que ya probablemente tengamos.
¿Cuáles son las ventajas de la terapia online?
- Tenemos la sesión en la comodidad de nuestra casa o el lugar que elijamos.
- Ahorramos el tiempo y el dinero del viaje hacia y desde el consultorio.
- Podemos tener la sesión en cualquier ciudad o país donde nos encontremos.
- En tiempos de COVID-19, nos ahorra el riesgo y el estrés asociado a viajar y estar en el espacio reducido de un consultorio.
¿Cómo aprovechar la terapia online? – Algunos consejos:
- Tomémonos tiempo para encontrar el terapeuta adecuado para nosotros.
Tenemos que decidir si preferimos trabajar con un terapeuta hombre, mujer, joven o no tanto, y sentirnos cómodos con la elección que hagamos. Cuanto más cómodos nos sintamos, mejor aprovecharemos el trabajo en la sesión. Tengamos en cuenta, sin embargo, que aun cuando hayamos establecido una buena relación con un terapeuta, tenemos derecho a cambiar si la relación ya no cumple con nuestras expectativas.
- Asegurémonos de tener una buena conexión a Internet.
No hay nada más angustioso, para el paciente y el terapeuta, que estar en medio de decir algo importante y profundo y que la pantalla se congele o la conexión se caiga. Busquemos algún algún horario o lugar donde confiemos que esto no pasará. También es aconsejable chequear la cámara, la carga del teléfono o laptop y tratar de resolver cualquier otro problema técnico antes.
- Si nos ayuda, anotemos algunas ideas que queramos conversar en terapia.
No es necesario hacer una lista detallada sino, por ejemplo, algún tema o situación que pueda surgir entre sesiones y que no deseamos olvidar en la conversación.
- Encontremos un lugar con privacidad donde poder tener la sesión sin interrupciones ni distracciones, cómodos y con tranquilidad.
Por ejemplo, si tenemos un lugar favorito para sentarnos dentro de nuestra casa que nos hace sentir relajados, probémoslo para nuestra sesión de terapia virtual.
Y no olvidemos: Pongamos nuestros dispositivos en “No molestar”.
Si no nos sentimos cómodos con hacer terapia online ahora, existen otros recursos que podemos elegir.
Hay innumerables páginas y cuentas de Instagram con contenido edificante sobre bienestar mental y emocional que pueden ser de apoyo. Aprender movimientos de yoga, técnicas de meditación o respiración profunda en la web, leer historias y posts interesantes en Instagram son algunas opciones.
¿Ayudan? Sí, por supuesto, pero definitivamente no reemplazan el valor de la terapia, donde podemos resolver los problemas y lograr un cambio duradero apelando a nuestras propias herramientas.
Los tiempos son difíciles en este momento, y tal vez 2020 nos haya dejado más estresados, ansiosos y vulnerables de lo que nos demos cuenta o nos gustaría admitir.
La terapia online puede ayudarnos. Si no estamos seguros de si es para nosotros o no, ¡probemos! Nada nos obliga a continuar si no nos sentimos cómodos.
Definitivamente, hoy es una forma de encontrarnos, segura y sin riesgos.