¿Estoy triste o tengo depresión? Entender la diferencia.
Definitivamente, no es lo mismo sentirse triste o estar deprimido, que tener depresión. Pero cada vez más, estas frases se usan indistintamente y sin comprender cuál es la diferencia.
La frase “estoy deprimido o deprimida” parece casi tendencia ya desde hace algunos años.
Es cierto que las tasas de depresión aumentaron muchísimo en la última década y más aún después de la pandemia. Pero también ha aumentado la tendencia al autodiagnóstico y sus consecuencias.
La importancia de saber realmente de qué hablamos cuando decimos estar deprimidos o tener depresión tiene que ver con encontrar el mejor modo de alivio cualquiera sea el caso.
Estar Deprimido
Cuando decimos estar deprimidos, lo que en realidad queremos decir es que estamos tristes o con desánimo. Para darnos cuenta, solo hace falta que nos preguntemos por qué nos sentimos así y examinemos lo que está o estuvo ocurriendo en nuestras vidas últimamente. Seguramente podremos identificar alguna causa para los cambios de humor, la tristeza o la frustración.
Entonces, estar deprimidos es la reacción natural ante eventos que nos han causado dolor emocional, por ejemplo, la tristeza por una pérdida o la frustración ante cosas que no salieron como esperábamos. Y, por cierto, experimentar emociones cambiantes no significa ser bipolar.
En resumen, se trata aquí de emociones pasajeras, para las que podemos encontrar una causa, que no interfieren mayormente con nuestra vida cotidiana.
Tener depresión
Cuando decimos estar deprimidos y realmente tenemos depresión, no podemos reconocer la causa de nuestra tristeza. Perdemos el interés o placer en actividades cotidianas, nos sentimos sin energía, con dificultades en el sueño, sentimientos de culpa, inutilidad y desesperanza. La depresión es una condición clínica que afecta nuestra calidad de vida y nuestro funcionamiento diario en todas las áreas: físico, personal, social, laboral, etc.
Cuando nos sintamos tristes o con desánimo, no olvidemos que estas son emociones normales, tanto como sentirse felices o entusiasmados.
Hoy, se tolera poco la tristeza, queda poco espacio para los duelos. La frase es siempre “Hay que seguir adelante”.
Y es cierta, pero creo que no podemos seguir adelante sin antes reconocer nuestras emociones y darles espacio. A todas, la felicidad y la tristeza.
El secreto está en que podamos disfrutar plenamente los momentos felices y al mismo tiempo, que seamos capaces de entrar y salir de las etapas de tristeza.
Y si se nos hace difícil reconocer qué nos está pasando en realidad, no dudemos, y consultemos a un profesional.